lunes, 20 de octubre de 2014

Thatar

Nunca más vivo.

Vladimiro me enseñó a enseñar, a entretener, a interesar, a apasionar y más precisamente a inspirar. Todavía me falta Profesor. Adiós. Le sigo por aquel sendero de los que viven la historia. Usted estaba vivo, es Ponce quien lo ha matado pues él me trajo la terrible noticia. Sinó me hubiese dicho nada no me sentiría tan apenado.

De consuelo me queda que lo último que vi de la Cantuta fue a usted sonriéndome y abrazándome por mi exposición sobre Culturas del Cercano Oriente. Nos vemos maestro.