Al finalizar el 2015 todo empezó como una vorágine, cambios, cambios y mas cambios, retos, decepciones, sueños, frustraciones, peleas y mucho resentimiento, al punto de colmar mi gran deseo de sosegada paz. Tan apretada estuvo mi mente que ni siquiera por un momento intenté teclear o soñar.
Hoy hay una tregua, una quimera para pensar en los siguientes pasos, los dolorosos siguientes pasos que me traerán soledad y dolor, pues uno sabe cuando no hay solución o cuando la solución será la separación inevitable y dolorosa, pues el amor no basta. Eso es claro.