Del silencio entrecortado se escapan las palabras que son intentos de ocultar la noche. Me he rendido a olvidar lo que prometimos recordar por siempre, sin saber que todo iba a acabar pronto. Me he dedicado a obstruir cualquier grieta del pasado, con tanto miedo, de que una canción, una palabra, un susurro, un momento o un olor dulce, te traiga sin permiso y haga navegar mi mente por los caminos sinuosos del pasado.
Sé que piensas, sé que sueñas, sé que ocultas, se que tomas a otra mano como yo, sé que duermes con una sonrisa y te empieza a preocupar el futuro. Sé que tienes mas certezas que yo, que quieres construir lo que viene con sonrisas, no como yo, que ando incierto y atropellado por algo que empiezo a esquivar por lo detestable y tedioso en lo que se convierte. Sé que eres mas inteligente que el promedio y entiendes lo que otras no entienden, tienes la palabra precisa y el silencio correcto, algo que creo que nunca encontraré.
No te rindas en tu intento, no evadas la felicidad, no claudiques la ilusión, resiste, no busques mas mis palabras, no porque no las tenga para ti, pues he llegado a creer que luego de ti, no he logrado expresar lo que quiero cuando escribo, sino porque te mereces encontrar en quien tomas de la mano lo que mis palabras hacían en tu mente. Te mereces el brillo que había en tus ojos cuando sonreías por mis estupideces pero ahora sin ellas.
Te escucho siempre y en inglés todavía, cuando susurrabas nuestras canciones en mis oídos mientras íbamos a toda velocidad por la carretera, cuando te montabas en mi hombro para cantarme pegadito a la oreja las canciones de Maroon 5, pero ya no estás, no estarás, tengo plena conciencia de ello y absoluta certeza de mi situación.
Quédate quieta, como mirando las estrellas en el cielo oscuro, déjate tomar la mano y suéltame a mi, aunque inconscientemente no quieras y aunque inconscientemente yo tampoco quiera. El momento ya pasó y aunque no queramos lo guardaremos sin decir nada a nadie.