sábado, 28 de agosto de 2010

La espera...


Te espero con frío, fumando un hamilton por noche. No me importa la lluvia, el abrigo que llevo es la esperanza de verte nuevamente a las diez de la noche. Los carros pasan, los pasajeros me miran y yo te sigo esperando, uno, cinco, diez minutos, no importa, cruzas la pista y me tranquilizas, cojo tu maleta y tu mano libre me ata. Soy feliz.

No sé por qué fumo mientras te espero, será que es invierno o que los minutos pasan más rapido, no sé decir te quiero cuando te veo pero me sobresalto al verte y cuando agarras mi mano busco la mejor frase de amor que se me ocurre pero como siempre guardo silencio.

Frente a la soledad de mi espera observo tu ventana de luz blanca, busco tu rostro sin éxito y prendo el segundo cigarro, el olor a tabaco me gusta, tal vez por eso fumo, creo que si. Cuando sales pareces inquieta, como si mi presencia te perturbara, me buscas con la mirada pero sabes que siempre estoy al frente, das unos pasos y miras al piso como si pensaras cual será la primera frase que me dirás y al  llegar a mi dices: "uy, que frío"

Caminamos dos cuadras y llegamos a casa, conversamos sobre tu noche y sobre la bebe, quién diría, tu y yo con una hija. La bebe se durmió tranquila. Miércoles y viernes te esperaré mientras lo quieras, sé que lo quieres y así será, fumando un hamilton te espero frente a la ventana que cuando se apaga te empuja hacía mi vida.