Por la ventana observo tu reflejo. Freno y tu mejilla roza nuevamente mi hombro, tus manos aprietan mi brazo y vuelven a tocarme con delicadeza. Rojo y beso tu frente. Te digo que te quiero mucho, mucho, mucho. Tu me miras y sabes lo que quiero, lees mi mente o mis ojos o tal vez mis labios que silenciosos reclaman rosar los tuyos, con vergüenza, con deseo que desprende una parte de mi que a cada beso se queda contigo.
Verde. Primera y acelero. Mi corazón se aquieta, sosegado pienso que no quiero llegar, quiero una autopista infinita y que el tiempo no pase, que me de una chance de ser feliz. Segunda. Huelo tu cabello y memorizo el olor, lo guardo para que no se desvanezca,en la noche que se torna mágica contigo, solo contigo. Tercera y escucho tu voz cantando, mas desafinada que yo pero con sentimiento, como debe ser pues la música no se escucha, se siente.
Rojo y soy feliz, te miro, sonríes y cuentas 40, 39, 38..., cierras los ojos y me besas, un beso infinitamente esperado y deseado, un beso alumbrado por las luces traseras de los otros autos en un lugar que existe solo porque estamos ahí. 9, 8, 7... reniego y tu sonríes. Verde.
A veces tengo miedo, me siento inseguro de lo que yo pueda sentir, te doy libertad pues no soy nadie bueno para aferrarse, tengo cientos de defectos, pero tu amor me descubre, me haces vulnerable, sensible al rechazo, a la duda, sin embargo, después de todo tengo solo una conclusión: te quiero y no quiero disimularlo y por eso te lo digo y te lo escribo, te quiero para mi, te quiero en mi vida el tiempo que quieras quedarte (yo quisiera para siempre), te quiero ver todos los días y besarte, te quiero tomar de la mano y ser envidiado por todos, pero sobre todo te quiero por una simple razón: Te quiero porque me comprendes, parece que sientes como yo, por eso te quiero y tambien quiero que tu me quieras mucho, mucho, mucho.
Rojo y te codeo solo para que sonrías, lo haces y en el beso infinito me hace sentir tu respiración un poco agitada, sonríes en medio beso y abres los ojos viendo el semáforo y vuelves a contar con la sonrisa que siempre tengo en mente.
Princesa, quiéreme, porque yo ya te estoy queriendo, piénsame porque yo te tengo en mi mente todo el día, extráñame porque yo ya no se que hacer para estar contigo. Abrázame cuando me veas y sonríe siempre que de eso me he enamorado, de tu forma de reír cuando te digo algo y de tus ojos cuando me miras caminando por la playa.