Hubo un momento en mi vida en el que todos me dieron la espalda. Hasta mi familia, mi novia y todos mis amigos me abandonaron. La verdad, no sé por qué, simplemente me sentía solo y rechazado por la vida.
Resulta curioso pero en ese momento solo un perro me trató con cariño. Sentado en el parque fumando un cigarrillo sentí un calorcito en la pierna, bajé la mirada y estaba ahí un perro sucio y enano, color marrón, lo miré y me miró, meneó la cola y no pude hacer mas que sonreir. Desde ese momento el perro me siguió hasta hace unos días. Chatin murió de dolor, pero no murió solo, yo estaba con él así como él estuvo conmigo desde hace 5 años.
Adiós Chatín.