Viernes 04 de un agosto cualquiera. Entre la tarde y la noche.
Se acabó el último cigarro. Palabras van y palabras vienen pero él solo puede pensar en que parte del camino se encontrará ella, por que calle llegará o cual será la primera palabra que pronuncie. Horas y horas de conversaciones triviales con amigos ocasionales que nunca sospecharían el extraño romance, que nunca entenderían porque sus ojos brillan o porque su corazón revivió. Lo peor de todo es que no llega. No aparece, se comunica con textos cortos e imprecisos, al parecer todo se puede ir al diablo y hasta en algún momento piensa "bueno pues, que se joda, no me gustan las cojudeces". Sin embargo, dentro en su mente, sabía que nunca la dejaría y que esperaría todo el tiempo que ella demorase.
Al fin aparece, tan bonita como siempre, pero seria, sin sonrisa, con ojos perdidos entre que decir y que hacer. Sube al auto y por primera vez él entiende que hasta seria es hermosa aunque el orgullo puede mas y guarda silencio, un terrible y enloquecedor silencio, moría por decirle que la quería, que la extrañaba pero nuevamente el silencio pudo mas. Ella, por su lado, miraba las calles, abrazando su cartera como queriendo decir, disculpa te necesito o al diablo todo déjame aquí.
El parque. Vacío. Nadie se atrevía decir una palabra. Sin embargo la conversación fluyó. A pesar de todo, cualquier palabra que dijese no importaba, él no le prestaba atención, solo quería ver sus ojos, su sonrisa y abrazarla, olvidar todo. Así lo hicieron. Con ella todo es tan simple pero tan complejo a la vez.
Olvidaron todo, su sonrisa volvió y sus ojos brillaron nuevamente, la cena deliciosa en la mejor compañía, ellos solos, frente a frente, conversando de todo, sonriendo, burlándose como siempre, del mozo, de los borrachos, de ellos mismos. No hay duda, él la quiere, la quiere tanto como para esperarla toda una vida, sin importar su respuesta final y sin depender del mutuo sentimiento, la quiere, así de simple y de complejo.
Las calles solitarias, los autos silenciosos, ellos felices, un vino para seguir conversando en el lugar donde mas se han amado, todo parecía perfecto, finalmente iban a estar juntos, besarse, desearse, acurrucarse, abrazarse, entregarse. Va! Cerrado. ¿Toco Princesa? Si. Nada amor. Una mas. Ok. Nada. Vámonos. Al parecer un desastre fue lo mejor que nos pasó. Otro lugar mas acogedor nos esperaba.
Salud amor. Por nosotros. Por nuestra primera noche juntos. Por nuestras burlas infinitas. Por nuestro mar intranquilo. Por nuestras conversaciones de las noches. Por los chocolates princesa. Por los besos ricos.
Suaves, tersos, perfumados, prístinos, mis dedos recorrían cada milímetro de tu espalda, cada poro de tus muslos y tus besos encendían nuestro deseo. Te quiero. Redondos, rosados, carnosos, mis labios humedecían tu cuerpo, siempre contigo es el paraíso, tus gestos, tus ojos, tus besos, tus besos, tus besos, tus besos, tus besos. Tu voz entrecortada nunca sonó tan romántica, te quiero, dijiste. Yo tambien, dije. Nos amamos, sobre la cama, con un poco de vino, con un poco de coca cola, nos amamos bajo las sabanas, nos amamos con ternura, con fuerza, con agitación, con el corazón encendido. Nos amamos con tus susurros, con mi respiración. Nos amamos como solo nosotros sabemos, sin límites y con locura. Al fin, nos amamos sin esperar que la noche se acabe.
Me encanta cuando te acurrucas en mi pecho, cuando me enredas con tus piernas, cuando coges mi mano con la tuya. Cuando te beso la frente o te acomodo los cabellos. Me encantó tambien que no teníamos que preocuparnos por el tiempo pues la noche era nuestra. Nuestra amor. Juntos, como lo planeamos. ¿Dormimos amor? ok. Me das un besito. Ok. Que ricos tus besos amor. Ok Buenas noches, te quiero. De espaldas te susurro ¿Otro besito ya? Siempre me engríes y volteas a besarme como nunca y como siempre. Que rico. Nuevamente susurro y ríes (ya te he dicho que lo que mas me gusta de ti es tu sonrisa) ¿El último beso amor? Ya, ¡pero el último! Ingenuos, nunca es el último pues siempre será el primero. Repetimos y reímos con nuestro "último beso" carcajeamos y la felicidad era total. Te quiero. ¿Me das un besito mas?...
El amor y la pasión nos desbordó, varias veces y en diferentes posiciones, en sendos lugares y con el mismo ímpetu con el que empezamos la noche. Se hace de día y dormimos casi nada. De día, juntos, abrazados, desnudos, el amanecer perfecto. Te quiero. Quiero ir al mar. Vamos. Ese mar que miró nuestro primer beso, nuestras primeras conversaciones cara a cara, nuestros primeros pasos.
No ha cambiado, el mismo mar, el mismo parque, la misma banca, solo que ahora llevamos vino y a pesar de que nos prohíben tomar, lo hubiésemos hecho si hubiésemos querido. cuando te miré en el mismo lugar de la primera vez, volví a ver en ti lo que me gustó siempre, tu sonrisa y tus ojos oceánicos, solo que ahora nos besamos sin pudor, nos abrazamos sin temor y nos burlamos como debe ser, del vigilante, de su trabajo, de las viejas que hacen ejercicio, de lo tierno de los perritos, de las seudomodelos, de los fotografos enfermos (nunca mas que yo) de nosotros mismos.
¡Tus cabellos son ondulados Dayane! sorpresa, sorpresa. jajaja. Te quiero mi amor. Mucho, mucho, mucho.
Frente el mar te quiero mas. Será la brisa, será tu sonrisa, será el parque, serán tus ojos, ah no! eres tú. Solo tu amor. Todo de ti Dayane, Te quiero. Princesa el almuerzo fue genial, a pesar de haber comido bombones como locos, el ceviche estuvo delicioso solo porque fue contigo. ¿no terminamos la comida? ¿qué raro no? Pero fue excelente.
De regreso no pudo ser mejor, tu cabecita sobre mi hombro y tu mano, blanca, sobre la mía. Nos despedimos no solo de nostros mismos, nos despedimos de un fin de semana perfecto, de una noche increible y un día espectacular. Nos dimos un beso y nos dijimos que nos queremos. Como siempre me quedé unos segundos a observarte caminar, por seguridad, pero mas porque cada vez que te vas me pregunto si lo que estamos viviendo es real, enciendo un cigarrillo, pongo primera y solo me respondo: ¡Si! Te quiero.
Sábado 05 del mismo agosto cualquiera por la tardecita.