viernes, 31 de julio de 2020

El juegué de casiné

Encerrados. No atrapados. Voluntariamente enclaustrados en un lugar hermoso, no oneroso, acogedor y tranquilo. En el centro comercial, mientras comprábamos comida para picar, habías dicho "has probado Ron Barceló", me hice el webón (por supuesto que lo he probado) "No, ¿es rico?" dije en tono ingenuo, sin decirme nada, cogiste una botella y fuimos a la caja. Pagué, la cajera me sonrió detrás de su mascarilla, lo noté en sus ojos , tú le lanzaste tu mirada de desprecio Covid 2020, yo le dije algo gracioso a la cajera y me cayó mi respectivo pelliscón,  salimos y en R2 te dije "es demasiado, no lo terminaremos" "lo que sobra te lo llevas a tu casita" dijiste y me encantó la idea.

Música y casinos, risas y secretos, tragos y piqueos, ron y coca cola, besos y caricias, tiempo y suerte. La verdad es que nadie te gana en Nervioso, tienes una frialdad única para ese juego, sin darnos cuenta, la botella de ron estaba a la mitad, y nosotros estábamos disfrutando al máximo el momento. Comimos y seguimos con el ron, dispuestos a terminarlo y a matarnos de risa. Lo que vino después no lo recuerdo concretamente, son chispazos, imágenes, risas, tu insultándome en inglés, yo cantando en italiané, tu susurrándome en francés (eso parecía lo que hablabas) yo abrazándote con todas mis fuerzas y los dos riendo sin parar.

Ebrios de trementina como decía Neruda, acostados y con una sonrisa inmensa nos atrapó el sueño, nos atrapó la vida, nos encontró el destino y cerramos los ojos juntos.

Hablamos de tantas cosas al despertar, y vimos la botella de ron, vacía, nos volvimos a reír, cómplices de todo, el agua limpió nuestros cuerpos pero no se llevó la sonrisa, todo nos lo quedamos nosotros, complicados, simples, profundos, someros, agitados y sosegados, cada vez se complica mas nuestra situación pero también se hace mas simple la salida.

Señorité, no hay dudé, la quieré y muché.




lunes, 20 de julio de 2020

Declaración jurada

El martes dieciséis de octubre del 2018 yo regresaba de la Molina mas o menos a la medianoche, bajaba por la Javier Prado, exactamente a la altura del grifo Primax antes de llegar al ovalo Monitor, conversaba a través del bluetooth de mi auto por llamada telefónica y me llegó tu notificación, un correo electrónico de vronikfg, con tan solo ver el remitente, me sobresalté e inventé una excusa para cortar la llamada, el timón se me desvió y empecé a sudar, la mirada se me extravió y mis manos casi se entumecieron, felizmente la autopista estaba vacía por la hora (casi de medianoche) bajé la velocidad y toda mi mente se puso en blanco, me estacioné en el McDonalds del ovalo Monitor cerca al Jockey Plaza y me sequé el sudor, casi temblaba, abrí la guantera de mi auto y saqué un cigarrillo, lo encendí y dí una bocanada enorme, el humo salía por la ventana y me dí cuenta que las luces del poste de alumbrado público me daban de frente y recordé la última vez que vi tus ojos(*). Cogí mi celular y abrí tu correo, todavía cabía la esperanza de que fuera una cadena de esas que se mandan automáticamente, pero eran tus palabras, después de tantos años, cuando menos lo esperaba, escribías y decías tantas cosas que a cada palabra que pronunciaba en mi mente mi corazón temblaba, releí y releí y pasó como una hora, encendí mi auto y seguí mi camino, en silencio, sin música, pues apagué mi celular, no pude pensar en nada y a la vez pensé tantas cosas, sin embargo algo quedó claro en mi, cuando luego reanudamos nuestras conversaciones, tú estas ahí, princesa, no has cambiado como dices, has vivido, has buscado en otra persona lo que yo te di, y siempre estuve seguro de que nunca lo encontrarías, así como yo nunca encontré otros ojos como los tuyos, y no es soberbia, es "filosofía elemental", has continuado con tu vida, como debía ser, has sido feliz y lo eres ahora, sin duda, pero tu felicidad es otra, pues la mirada que yo veía en tus ojos, las sonrisas que yo sacaba de tu rostro, los besos que me daban tus labios, los paseos, las tardes, los tragos, todo, todo eso era nuestra felicidad, no eres otra, mi Verito esta ahí, y no me malinterpretes, tal vez me logres entender cuando tomemos un vino y hablemos de todo como nunca (y me des el lego de Star Wars que prometiste hace poco). Cuando llegué a Pista Nueva se me acabó el tercer y último cigarrillo, paré en una licorería que está a la altura de Pebal, cerca a Ciudad de Dios, compré una cajetilla chica de Lucky Mora y encendí mi auto y el cigarrillo. Mi celular seguía apagado pero recordaba cada palabra y armaba el rompecabezas en mi mente. Llegué al paradero uno, pasé el semáforo del paradero dos, y en el paradero tres me detuve, apagué mi auto y encendí el quinto cigarro, pensé en ti, volví a extrañarte y una sonrisa se dibujó en mi rostro. Seguí mi camino y llegué al paradero cuatro que es donde yo vivo. Solo tu puedes hacer todo eso y no está mal, no está mal decir lo que uno experimenta con los recuerdos, con las palabras, mi vida también siguió, he sido mas feliz de lo que seguramente merezco, incluso ahora estoy en un momento increíble (mi teoría es que moriré joven por la mucha suerte que la vida me da sin merecerlo) sin embargo, eres parte importante de mi vida, pues uno no decide a quien amar y a quien recordar o a quien olvidar, la vida se encarga de eso, tu y yo siempre seremos esos, los mismos insolentes que se escapaban del mundo para vivir una irónica relación que dudaría toda la vida, estemos o no estemos juntos.


(*) La última vez que te vi antes de tu correo fue cuando coincidimos en el cumpleaños de Javier que fue antes que tu hermana viaje a E.E.U.U. o mas o menos por ahí, en el que por cierto y para variar solo me atrevía a mirarte con el rabillo del ojo, ese día salí a comprar con Paolo y cuando regresamos ya no estabas, en fin, después de esa vez no volví a verte, ni siquiera por redes sociales, y la vida siguió.

PD: No sé que hacer con lo que escribiste en el correo de ayer, me gustaría publicarlo, hay párrafos que son absolutamente desgarradores, pero luego seguro vas a pedir regalías y no quiero problemas legales. :)


jueves, 16 de julio de 2020

Los Ojos de la tarde


Repito, no puedo dejar de pensar en tus ojos, grandes y fijos, como luces de un semáforo, como estrellas a punto de estallar. No permitiré que salgan de mi mente, porque no quiero, no quiero perderlos. En ellos están mi voluntad, mis deseos más oscuros, mis íntimas locuras, mis pensamientos disolutos. Tus parpadeos acompañan el pálpito de mi cansado y confundido corazón, son cafés, muy redondos, casi amables, tan sensibles y firmes que podrían crear un universo entero, son como una suerte de abismo sin fondo, insondables escondites de lo prohibido, y yo caí; caí y no quiero salir.

Cuando sonríes tus ojos también sonríen, se llenan de un brillo que hace temblar todo, hasta mi existencia, una existencia que se desvive por ese abrir y cerrar constante, impreciso y ajeno, pues aquellos soldados victoriosos, aquellos ojos de la tarde, me pertenecen pero no son míos.

A veces recuerdo vagamente el principio de la locura en la que estuvimos envueltos, cuando empecé a perder la lucidez por ellos, tus ojos, me atraían sin darme cuenta, me mirabas y yo te miraba, en silencio, en la misa, en tu casa, en el parque, tácitamente ellos me llamaban, ellos me buscaban para absorber mi mundo, mis sueños y mis dudas, mis pequeños ojos, bueno eso dicen, mis pequeños orificios no resistían. Observarte con el rabillo del ojo era mi pasatiempo favorito, y allí entendí que nadie que conozca puede mirarme como tú lo hiciste, ningún par de ojos tienen comparación con los cristales que posees y que están causando mi locura.

¿Te acuerdas de Neruda? “distante y dolorosa como si hubieras muerto” como sus poemas, ellos siempre me acercaban a ti y me conducían hacia senderos confusos, como los sonetos que te decía al oído, en donde luego de vagar por derroteros olvidados, deslumbrado por lo que se iba a convertir en recuerdos intemporales, llego al iris luminoso de tu memoria, paseo por tus pupilas de primavera con flores recortadas en la mano de un mozo enamorado y me quedo contemplando el mundo a través de ellos, frente al mar, de noche y abrazados ¡ya quisiera! Pero no está mal pensarlo así. Soñarlo así.

¿Por qué? Una pregunta muy razonable, ¿por qué tuve que fijarme en ellos? No lo sé, ¿por qué sigo pensando en ella? No, lo sé. ¿Por qué no puedo dejar de verla? Ni yo mismo podría dar respuesta. Quisiera escribir una al menos, pues hoy he descubierto todas y porque hay una sola, son sus ojos, sus ojos me tienen así, estoy seguro de que si no fueran tan bellos como son, no estaría escribiendo esto. No concibo su rostro sin pupilas que se enciendan cuando me mira, no es por mí, son por ellos mismos, ellos tienen vida propia, son independientes, porque estoy seguro de que si ella pudiera los hubiera alejado de mí, pero ellos me miran y se vuelven autónomos, ellos no quieren irse, porque tienen un esclavo sometido a sus parpadeos involuntarios ¡malditos músculos oculares! ¡Grandiosos tormentos movedizos! Por favor nunca se alejen de mí, Vero, no me prives de la luz, acércate a mí y mírame como solo tú sabes hacerlo.




No sé en qué fecha escribí esto, debe haber sido por el 2002 o 2003, sin embargo estoy seguro del lugar donde lo escribí, fue en un atardecer en nuestro parque del malecón frente al mar, ese lugar que he visitado varias  veces, sin ti pero contigo, y fue antes de que llegaras, pues acostumbraba a estar ahí una hora antes solo para esperarte y verte llegar abrazando tu cartera y mirando a ratos al piso, en esos momentos escribía mientras fumaba uno que otro cigarro y guardaba todo en mi mochila Porta azul para tener las manos libres y abrazarte.


Y a propósito del texto y de tu afirmación “el Alvarito de aquel tiempo”, pues, ese era yo y el de ahora también, con mas y sin menos, exactamente igual de distinto, ni tan poco, ni mucho menos, solo yo, el mismo de nunca. Y aunque lo quieras negar, también eres tú, mi Princesa, de piedras, de ojos inmensos, pues nunca te sacaste la corona, solo la ocultas, tratas de mentirte a ti misma pero sabes dentro de ti que sigo vivo, que sigues viva, tan real como esa tarde de verano en la playa mientras yo te cargaba en mi espalda para que no toques el piso lleno de piedrecitas ardientes que hincaban tus pies y nuestros pensamientos disolutos.

viernes, 10 de julio de 2020

You can leave your earrings on

Cómo la gota de sudor que cayó de mi frente y recorre tu espalda desde el final de tu cuello hasta perderse en la línea que destapa tu pudor. Puedes darme una razón para irme pero tengo cientos de mentiras para quedarnos conversando hasta el amanecer y en el pleno silencio de la oscuridad contarte las historias mas bizarras y escuchar de ti el sonido del placer que toca como un saxo bien afinado.

Deja que tu cuerpo me hable, que me diga con tu mirada de ojos blancos cual es el camino, que se mueva al ritmo mio, lento, suave y como una armonía vaya in crescendo y cuando no haya mas que hablar, llevarlo todo al plano horizontal, donde todos son iguales, menos tú y yo, que nos aventuramos a lo que el cuerpo mande ¿sabes a lo que me refiero? Sé que si y sé que te fascina lo que escribo y lo que entre líneas digo, pues soy el pudor atrapado por la locura.

Lentamente Fab, despacito, slowly, puedes dejarte los aretes, nada me incomoda, escucha mi corazón, no puedo engañarte, perdón, siéntelo, vibra, retumba, da estruendos y sabes que es de placer ¿lo siente tu espalda? la pregunta es necia pues tú me lo hiciste notar, pero te aseguro que al leer se te erizó la piel y un frío agudo recorrió tu espalda como mis besos tu cuerpo.

Las palabras sobran en esos momentos, solo quiero coger tu cabello y mirar tu espalda, morder tu cuello y no terminar nunca, como la canción de Marvin Gaye, somos gente sensata pero nos abandonamos al deseo, Let's get it on, ¿Terminaste? No! no quiero, pero es casi una obligación natural y biológica, planearemos el fin de semana soñado, las noches anheladas, los días de primeras veces que nunca terminan,solo los cuatro, tú, yo, el deseo y la lujuria.

No terminarás de leer esto nunca, te lo aseguro, volverás y volverás a mis líneas interminables, con pasión, con vergüenza y mientras yo no esté a lado tuyo, te sumergirás en el ensueño del placer que recreamos siempre oportunamente y que quedará registrado para siempre, en textos, en imágenes y en la memoria del que olvida lo que quiere olvidar y recuerda lo que sus sentidos atrapan.

😈😍😎😇






lunes, 6 de julio de 2020

Tributo bien merecido

Nunca quise ser profesor y aunque creo que no lo hice mal, después de 13 años enseñando, ya no quiero hacerlo más, felizmente estoy por buen camino a conseguir eso. Sin embargo y a pesar de no tener vocación docente, he admirado, admiro y admirare a los docentes que si la tienen.

Durante mi vida he conocido a muchos docentes, amigos, compañeros y colegas, con cualidades pedagógicas envidiables pero nunca he visto mejor profesora que Jessika. Verdaderamente su vocación docente es inquebrantable y siempre está en constante reinvención.

Cuando la conocí y sin tener la menor idea de que yo iba a ser profesor, ella ya enseñaba inglés a niños de inicial. Incluso fue ella quien me animó a estudiar educación. Siempre traté de ser veinte porciento de lo buena profesora que es ella, nunca lo logré.

Hoy, día del maestro ha recibido tantos regalos (por supuesto que el que le di yo fue el mejor) que me sorprendió lo mucho que la aprecian sus estudiantes, aún durante la educación a distancia, la han colmando de regalos muy bonitos y significativos, hasta me dió un poco de envidia algunos que quise para mí, jajaja.

Hoy soy su jefe, a pesar de que ella es ultra mucho mejor docente que yo. Soy su subdirector y me quito el sombrero ante una profesora como ella y no me queda nada más que seguir con mi admiración. Y a todos los maestros y maestras que conozco, un feliz día, que su vocación guíe su desempeño, y si no la tienen, hagan como yo, busquen hacer otra cosa que los haga felices, pues ese es el pequeño truco de la vida.