viernes, 28 de febrero de 2020

El impresentable

De verdad te digo, no quieres conocerme, no te lo recomiendo. Ahora menos todavía.
Curiosa tu pregunta, y la respuesta es No, no quiero que me conozcas.
Cuando yo te vi, lo acepto, me di cuenta que mirabas al vacío, que atendías lo que decía pero pensabas en otra cosa, que no sonreías ni por las estupideces más absurdas que yo decía delante de todos. Cuando te acercaste y tuve la oportunidad, te hice notar lo de tu mirada, y estoy seguro que lo que te atrajo a mi fue lo que dije: esa mirada la conozco, pues por estos días yo también miro al vacío y finjo atender pensando en otras cosas.

Curioso encontrar a alguien con el mismo vacío en los ojos, curioso conversar con alguien que quiere conocer tu dolor pero lo más sorprendente es saber que mi dolor se hizo nada frente a lo que has pasado, hasta me dio vergüenza contarte el por qué mi mirada se pierde a veces. Tú si mereces los ojos vacíos, la mente extraviada, los silencios incómodos. Siento y comprendo en parte tu sufrimiento.

Aún así, quieres conocerme, pues, ni siquiera yo sé quién soy, estos días soy un hombre perdido de mi mismo, pero si hay algo que puedo decirte es que cuando te ganes el derecho de leer esto, me conocerás más que el promedio de la gente, los textos de esta página son exclusivos para aquellos que conocen parte del angelical demonio que puedo ser o no ser.

Me sorprendió también la madurez con la que asumes lo que te pasó, a pesar de tus veintinueve años, parece que la vida te ha educado y que el tiempo no ha pasado en vano por ti. Sé que por momentos te has preguntado como una persona puede ser tan serio y aburrido en público y tan inmaduro y jodido cuando le das un pedacito de confianza. Pues no se que soy, ahora mismo, solo espero que el tiempo me lleve a donde quiera, casi igual que tú.

Sin embargo, haciendo un esfuerzo y con el fin de que no te asustes, te dejo esta canción que por estos días resume lo que soy yo.

Y cuando llegue el momento, si es que llega, haré que leas esto como prueba de mis primeras impresiones sobre ti y tu mirada triste, pues ojalá, si eso sucede, ya tengas una sonrisa dibujada por alguna estupidez mía.


PD: Por si acaso, es una salsa, pero lo mio es el rock, algo que sorprendentemente, tambien conoces muy bien, al menos eso aparentaste.

viernes, 21 de febrero de 2020

Carta abierta para ti

Cuando empezó todo ninguno de los dos imaginó que llegaríamos hasta aquí. Casi tres años después aun sigo preguntándome ¿cómo llegamos hasta esto? y surgen cientos de respuestas, lógicas e ilógicas, cuerdas y absurdas, pensadas e impensadas. Lo cierto es que hoy estamos en dos caminos distintos, paralelos y sin retorno. Hoy, la ira, ya se ha ido, ese volcán de cólera y odio que destruyó todo entre nosotros, en mi ya no está, pero si hay dolor, un inmenso dolor por todo lo que pasó y por todas las cosas horribles que dijimos e hicimos. No sé cuanto dure mi calvario, pero créeme que resistiré, pues, sin desmerecer lo que pasamos, esto no es ni la mitad de lo que sufrí por Verónica o Jessica, esos días nunca los olvidaré pues de verdad sentí que ya no podía mas, hoy no, hoy veo el futuro y tengo cosas grandiosas en mente y llegaré hasta ellas, pues lo que siento se irá sin que me de cuenta. Y parte de mi proceso de cura, es esto, escribir todo lo que no puedo decir.

Hay varias cosas que nunca llegaré a entender, una de ellas es el por qué saboteaste lo nuestro de tal forma, sin importar el tiempo, el esfuerzo, los momentos, los viajes, los paseos, las tardes, las noches, las eternas conversaciones diarias, los regalos, las sonrisas y todo, todo, todo. Sin embargo asumo mi parte de culpa, yo me rendí, yo abdiqué, pues a pesar de todo también sentí que ya había hecho suficiente, pues a lo largo de nuestra relación habíamos pasado por cosas similares, con el profesor de danza, que aunque lo hayas negado mil veces, y él hubiese seguido dispuesto, también habrías estado con él y yo quedaba fuera, si princesa, me di cuenta, yo lo sabía, pero seguí adelante confiando en ti. También sucedió con tu exenamorado Chuquillauri (jajaja creo que así es su apellido) descrubrí tus conversaciones y cuando me mostraste que si era cierto, el dolor me llegó de pronto, me agarró de sorpresa pues como te dije en aquella ocasión, pensé que estábamos en otro momento de la relación, sin embargo, olvidé y decidí seguir adelante. Me curé, eché los pensamientos de frustración por la ventana y seguimos adelante. Y tambien sucedió con un tal Hamilton, ocultaste que estabas planeando con él, y cuando te descubrí en pleno viaje, volvió el dolor, sin embargo, lo superé, y si, fue mi responsabilidad, seguí adelante, confié nuevamente, pues tuve la certeza de que todo iba mejorar y así fue.

Sin embargo, en esta ocasión, siempre me voy a repetir ¿Cómo pudiste hacerme eso? de ninguna manera me merecía tal traición, y sabes que no he sido un santo, sin embargo, nunca hice algo que mereciera tal deslealtad de tu parte. Y mi mente me lanzaba una sola frase estos últimos días ¡Qué cagona! ¡Qué cagona! Si tan solo hace un mes me entregaste un sobre con "diez razones por las que te amo", si tan solo hace dos semanas habíamos hecho el amor y me decías que me amabas con tu voz de placer y tus ojos casi blancos, si hace una semana salimos a pasear y conversamos en nuestro parque de siempre con un poco de tristeza pero nada de eso te importó, te fuiste a la playa con otra persona, con la que habías salido antes sin decirme nada (me lo confesaste en r2 de camino a tu casa) tuviste sexo con él sin importarte nada, y como te dije, estabas planeando con otra persona mientras seguías diciéndome que me amabas, ¡Que traición! Sabias que ibas a ir con él y a pesar de que nos seguíamos escribiendo y permitías que yo siga con esperanzas, ¡Que traición! Nunca hice nada para merecer eso. Pero te perdono, te perdono princesa, pues si no lo hago, la cólera me perseguiría, y el dolor no se iría y yo no soy así, soy un tipo alegre y feliz, aunque ahora no lo esté pues dolor aun hay, pero ya se va a ir, poco a poco, día a día.

Lo peor es que después que llegaste de la playa, volvimos a salir, como siempre, y cuando te pregunté si había esperanza, entraste en duda, tratando de confundirme mas, sin embargo, yo no necesitaba eso, solo necesitaba disfrutar contigo como siempre y lo hicimos, tuve tu cabecita en mi pecho desnudos, nos reímos, abrazados, nos besamos en todos nuestros lugares, disfrutamos del sexo como siempre, olí tu piel y me quedé con ese olor, saboreé tu piel de punta a punta y me quedo con eso. Salimos del lugar de siempre y luego vino tu confesión, descubrí la mas grande de tus mentiras, pues insistías en ocultármelo y me llené de cólera y preocupación pues,  al margen de tu traición hacia nuestra relación, también la salud es importante, habíamos hecho el amor hace dos semanas, hace una semana lo hiciste con ese pata y días después nuevamente conmigo ¿Que tipo de persona eres? ¿Que tipo de persona hace eso? sin preocuparse de contagiarse de algo, pues cuando uno se acuesta con alguien, se acuesta con todas las personas anteriores, grave error princesa, ¿que daño te hice yo para que pongas en riesgo mi salud de esa manera, la seguridad de mis hijos, mi futuro?. Ese comportamiento promiscuo te hará daño en algún momento, debes protegerte siempre.

Quiero que pienses que todo esto no solo me afecta a mi, afecta a las personas a quien engañas, pues estoy absolutamente seguro que ese pata no sabía nada, sigues mintiendo, tratas de salvarte, de salvar tu situación, me insultas por la forma en como actué, pero si bien es cierto, la forma no fue delicada, debía hacerlo, pues tu nunca lo ibas a hacer, tu le vas a seguir mintiendo, siempre lo harás, y actué con la verdad, pues nada de lo que le envié, o lo que le escribí, es mentira, las imágenes son reales y los sabes y mis palabras también, tú nunca ibas a ser capaz de decirle lo que yo le dije, la verdad. No sé si esto te enseñará algo, cambia, deja de mentir, deja de ocultar cosas, a todos, a tu pareja, a tu familia, piensa que puedes recibir lecciones peores que esta.

En tu desesperada reacción, me insultaste como se te dio la gana, y por tus textos se notaba que intentabas hacerme decir que era una trampa, seguro con el objetivo de salvar lo que estas intentando con ese pata, mostrándole capturas, solo una mente llevada por la mentira y acostumbrada a la deslealtad puede pensar eso, ¿Como podría hacer yo una trampa que me perjudicaría? sería un suicidio, sin embargo tu siempre mentiste intencionalmente y siempre lo harás a menos que lo que estas pasando te haga reflexionar, que la culpa no es de nadie mas que tuya.

En otra acción desesperada, trataste de involucrar a mi hija y a Jessica, algo verdaderamente insólito, descabellado, y si quieres saber de donde obtuve el número, hice instalar una app que copia contactos frecuentes de otro cel, solo hay que acercar los celulares y lo hice en el hotel cuando hicimos el amor mientras fuiste al baño, acerque mi cel y listo. Sin embargo tu me culpas de que involucro a personas que no saben absolutamente nada de lo que pasa en mi vida personal, reitero, solo una mente carcomida por las continuas mentiras imaginaría que eso fuera cierto.

Cuando ya estabas desesperada y acorralada le escribiste a Jessica, algo poco inteligente al desconocer la relación tan buena que yo llevo con ella, ella me mostró los mensajes y tuve que contarle parte de lo que paso, y como siempre me apoyó, ella tenía la intención de responderte esos mensajes delante mio y humillarte pues te serviste en bandeja de plata, pero decidí que no se involucre, pues no era justo hacerle pasar ese mal rato a la mamá de mis hijos, una mujer que siempre respetaré pues estuvo siempre al margen de todo, hasta cuando estuvimos juntos, ella siempre respetó mis salidas y mis ausencias, total era clara tu intención de devolverme un daño involucrando a alguien que no tiene nada que ver, un daño que tu misma ocasionaste.

Lo mas absurdo de todo fue que pensaste que Lucía podía estar involucrada tambien, una niña de 13 años que ni siquiera tiene noción de esta situación. Verdaderamente descabellado e insultante para mi, pues sabiendo como cuido a mis hijos y a Jessica, pensaste que yo iba a permitir que ellos se involucren. Sinceramente decepcionantes conclusiones a las que llegaste.

Todo ello fue el final Princesa, la traición, las suposiciones absurdas, las mentiras y tu desesperada reacción al verte descubierta. Si bien, la forma fue abrupta y poco delicada, el mensaje fue para ti, para que entiendas que siempre es mejor decir la verdad y que si quieres engañar a alguien, quien sea, debes entender que siempre las consecuencias serán inesperadas y dolorosas.

Ahora entiendo que todo esto debía suceder, no sé si así, pero tenía que pasar, debíamos aprender y analizar nuestros actos y nuestras propias reacciones.

Debo ofrecerte disculpas princesa, disculpas por haberme ido cuando debí esperarte aquella vez, disculpas por todas las veces que dije que te llamaría y no lo hice, disculpas por que a veces, sin darme cuenta, te dije palabras que te lastimaron, disculpas por no tener todo el tiempo del mundo para ti, disculpas por no correr hacia ti por la tremenda distancia que nos separa, disculpas por quererte de la forma que lo hice.

Pero sobre todo, gracias. Gracias princesa. Gracias porque hiciste de mi una mejor persona, cuando te conocí era un hombre vacío y egoísta, pensaba solo en mi. Tú me enseñaste a ser un hombre nuevo. Gracias porque hiciste que me diera cuenta que puedo enamorarme nuevamente como un chiquillo, sabes que antes de ti, nunca pensé que sería capaz de sentir amor nuevamente. Gracias por hacerme sentir que la vida no acaba con el rompimiento, que tendré nuevas oportunidades de amar, sin buscarlo, sé, gracias a ti, que llegará. Gracias por haberme comprendido tanto tiempo la personalidad tan alocada que tengo, siempre me mostré como soy contigo y veo que si lo hago nuevamente puedo ser aceptado y querido. Gracias por cantar conmigo, amo tu voz, no por su calidad, sino por su intensidad, cuando cantábamos siempre supe que tenias el mismo sentimiento que yo por la música. Gracias por las canciones que siempre traerán tus recuerdos, especialmente aquellas que cantábamos juntos tomados de la mano en mi auto. Gracias por las sonrisas tan sinceras que me sacaste con tu personalidad, tan parecida a la mía como siempre te dije. Nos parecemos tanto que asustaba desde el inicio complementarnos tan bien. Gracias por el tiempo que pasamos juntos, los viajes, los paseos, las tardes, las conversaciones, las palabras, las caritas, las situaciones y todo aquello que pasamos, nada borrará todo aquello de mi, ni siquiera estos últimos días de odio.

Tu último texto hacia mi fue "Te odio", en tus ultimas comunicaciones lo escribiste cuatro veces, te odio, te odio, te odio, te odio. Sé que no es cierto, o al menos estas confundida pues no me odias a mi, odias la situación en que te puse, en el fondo lo que debes odiar es haber mentido tan descaradamente y haber sido descubierta de esa forma, la ira te lleva a decir palabras sin pensar, sé que eres rencorosa, pero en algún momento entenderás que esta situación la ocasionaste tú, perdónate a ti misma, yo ya te perdoné y tambien me perdoné a mi mismo, que la vergüenza no se transforme en mas mentiras y las mentiras en un odio irracional, cúrate, piensa en ti y construye una nueva princesa, una que pueda ser aceptada por alguien tal como es, sin la necesidad de ocultar ni mentir a nadie.

Sé que es difícil, tal vez mis palabras sean fuertes, chocantes, hasta soberbias, sin embargo, todo es cierto, pero tambien entiende que la vida continua y lo que vivimos siempre estará ahí, todos los recuerdos estarán ahí para ser traídos nuevamente a tu cabeza cuando escuches una canción, cuando sientas el olor de un cigarro o cuando pruebes un vaso de ron con cocacola o cuando comas un rico pollito del norkys.

Siempre estaré para ti, sé que ahora mismo no quieres saber nada de mi pues me di cuenta que me bloqueaste de facebook y de whatsapp, pero en algún momento estarás lista para conversar conmigo de lo que sea, del pasado, del futuro o de tu presente. Yo no estoy listo aún para eso, como te dije, ya no tengo ira, pero tengo dolor, me duele ya no tenerte, ya no poder decirte una sola palabra, me duele no poder salir contigo a caminar por nuestros parques de la Molina, me duele estar enamorado de ti y no poder hacer nada con eso. Pero el dolor se irá, te lo aseguro, así como tus últimos textos hirientes, no lograran que la imagen de mi princesa, la que tuve por varios años, se vaya.

Entonces princesa, hasta cuando tú quieras, en este tiempo, te aseguro que me curaré y espero tú hagas lo mismo, reconstruiré al nuevo Alvarock, uno dispuesto a esperar lo mejor de la vida, tu reconstruye a una nueva princesa, una que enfrente su realidad siempre con la verdad. No sé cuando estaremos listos para eso, si en una semana, un mes, un año o nunca, solo te digo que cuando tú lo estés, yo siempre estaré para ti, para empezar nuevamente a ser amigos, sin errores, o con nuevos errores. Empezar nuevamente olvidando todo lo que pasó o recordando y aprendiendo de eso. Pero amigos al fin y al cabo.






















viernes, 14 de febrero de 2020

Ojalá


Ojalá valga la pena, ojalá lo que sacrificas sea compensado por lo que crees que vivirás, que todo aquello que te hizo reír sea borrado por nuevas palabras, nuevas sonrisas, nuevos besos. Ojalá que los momentos que piensas vivir reemplacen con creces los que nosotros vivimos, dudo eso pero ojalá sea así por tu bien y para que el arrepentimiento no te llegue tarde y te deje en zozobra.

Ojalá que valga la pena, lo que sientes, lo que haces por lo que sentiste en un momento y lo que hicimos juntos, sé que faltaron muchas cosas entre tú y yo, el tiempo y la distancia permitieron crear una brecha enorme, insalvable que hizo ver que no estas preparada para amar pues fácilmente encontraste otro camino que te ha deslumbrado.

Ojalá que valga la pena lo bonito que sientes y sea duradero, de mayor poder que lo nuestro, con nuevos días de felicidad, ojalá que tus conversaciones sean más interminables que las nuestras, que tus sonrisas sean más sinceras que las que juntos soltábamos, que tu cabecita se recueste en su hombro como en el mío lo hacía.

Ojalá que su mano tome tu mano con más intensidad con la que yo te tomaba, ojalá que acaricie tu cabello con la mitad del amor que yo entregaba cada vez que lo hacía. Y que tras llegar a tu casa y en el silencio de tu cuarto pienses y digas, valió la pena, alejarse y decir adiós, pero cuidado que aparezca un recuerdo mío y sueltes una sonrisa, se hará costumbre y no habrá marcha atrás.
Ojalá a él no se le acaben las palabras, ni a ti las sonrisas, ojalá navegues por el mar del ensueño como me pasaba a mi cuando te veía, es más, ojalá él te vea con la mitad de amor en los ojos con los que te veía yo y con el doble de amor que había en tus ojos cuando me mirabas. Ojalá sus recuerdos estén acompañados de la locura con la que tú y yo solíamos actuar y al final no mires el mar y te sientas sola como hago yo ahora.

Ojalá disfrutes de todos los momentos desde que dejaste de disfrutarlos conmigo y no llegue a ti la soledad como me ha llegado a mí, que me ahoga y me sobrecoge, ojalá siempre esté él a tu lado en vez de mis recuerdos y que finalmente digas, no me equivoqué, no me dejé llevar por la emoción, y que mi amor permanezca siempre intacto para ti.


Ojalá Princesa, ojalá, ojalá entiendas al fin por qué hiciste todo esto y ojalá esté yo nuevamente para abrazarte con todo el amor de estos textos:

https://rabillodeojo.blogspot.com/2017/03/dedo-menique.html

https://rabillodeojo.blogspot.com/2018/11/la-inquebrantable-promesa-del-dedo.html





sábado, 8 de febrero de 2020

08.02.20

Siempre te he mirado como ayer, con ojos de mar, con ojos de sol, con ojos de atardecer. Siempre me ha gustado escuchar tu voz oculta entre risas y reniegos, oculta entre mentiras que yo sé y que harán que me aleje sigilosamente. Siempre me ha encantado observar tus pies, amarrados por sandalias que no me gustan o a veces encerrados en zapatillas que combinan perfecto con tus jeans.

Siempre te he dicho palabras que han retratado lo perfecto de la situación, los momentos perfectos, que cada vez son menos por que tu así lo quieres,  pero son, al fin y al cabo, nuestros, y así siempre quedarán, en nuestras mentes, y volverán cada vez que nosotros queramos, pues, así no estemos juntos, siempre estaré ahí para ti.

Siempre quise hacerte sonreír, con esa risa natural y sincera, entregada y hasta tierna. Lo hice mucho tiempo, estoy seguro, pero ahora no, no siento que sea suficiente mi felicidad para tu sonrisa y confieso, eso me pone triste, pues a pesar de mi endurecido sentir, nunca quise llegar a sentirme tan vacío e inútil en la tarea de dibujar lo que me enamoró de ti, tu linda sonrisa.

Lo siento, lamento tener que despedirme dando solo señales de humo, lamento tener que irme, pero siempre voy a preferir partir y alejarme a que lo hermoso que teníamos se transforme en un tedio inútil, en un pasaje solitario, en un mar sin sol. No quiero que lentamente destruyamos lo que de la nada se construyó, pues nadie se imaginaba llegar a pasar tanto tiempo juntos. Prefiero que digamos adiós y que si en verdad nos amamos como dijimos tantas veces y tantas tardes, sea ese amor que nos enseñe a ser los mismo, juntos o separados, pero los mismos.