miércoles, 22 de mayo de 2019

Decisiones...

Ayer, en una conversación insospechada y tremendamente entretenida, una pregunta que por supuesto, respondí, quedo divagando entre los recuerdos de mi pasado y me llevó casi obligatoriamente a escribir sobre mi respuesta.

¿Qué decisiones han cambiado tu vida? Te confieso amiga, que tu pregunta hizo temblar mi alma, quería responder pero no quería escudriñar en mi pasado, además, hoy te digo, que por conveniencia te oculté una desición que fue vital para el rumbo actual de mi vida.

Te dije, 1 - uno: Cuando me enamoré de Jessica hasta los tuétanos y estabamos en lo mejor de nuestra relación de adolescentes empalagosos y ávidos de líbido, ella me abandonó (bueno, eso sentí yo, aunque ella diga lo contrario), se fue a experimentar su vocación religiosa a un convento, pero antes me hizo prometer que yo la esperaría, el tiempo que fuera necesario y nos amaríamos nuevamente, a su regreso. Piénsalo me dijo, entonces yo estaba ante la primera desición importante en mi vida, le dije SI, te espero. Decidí esperarla y ella se fue con esa idea. ¿Cómo cambió esto mi vida? Pues, si hubiese dicho que no, ella seguiría su vocación, y yo no me hubiese sentido atado y no me lamentaría por haberle fallado, hubiese sido todo distinto, con o sin ella.

2 - dos: Jessika y yo habíamos peleado tremendamente, habíamos dicho cosas hirientes, nos habíamos deseado el mal mutuamente, un momento terrible, Lucía era pequeñita, tenía 2 o 3 años no recuerdo bien. De pronto me apareció una oportunidad de trabajo en provincia, mejor paga y excelentes condiciones. Entonces me encontré entre acabar con todo e irme lejos o quedarme y salvar lo poco que había conseguido. Me quedé, opté por mi familia y seguí con un sueldo bajo, pero feliz. Si hubiese decidido irme en ese momento, tendría mas dinero, de hecho, pero no habría visto crecer a Lucía y Lennon no hubiese nacido.

3 - tres: No te dije esta decisión por 3 motivos, uno, porque no conoces a verónica, dos porque me conmueve mi historia con ella y tres porque por algún motivo desconocido, ella siempre esta presente. Describo entonces: estábamos enamorados, inexplicablemente enamorados, clandestinamente enamorados y esto último era precisamente, un problema insondable, acordamos hacerle frente a todos, a demostrar que nos amábamos, a caminar de la mano, a mirarnos a los ojos sin preocuparnos de nada ni de nadie. Nos citamos en un parque y tenía que decidir y dije NO, con miles de cosas a la cabeza, di la espalda al amor mas (aquí me quede media hora pensando un adjetivo) más, no sé, grande, intenso, alocado, sincero, no sé, todo calza y nada a la vez. Si hubiese dicho si, definitivamente mi vida sería otra.

Menuda pregunta amiga, pues de todas las palabras que dijimos, de todas las risas, y los reclamos, tu pregunta navegó en mi mente como un barco pequeño a lo lejos de un ocaso en el atardecer de Pucusana en una tarde de verano.