Nunca tiré la primera piedra y siempre esperé a que me golpearan con una. Patético. Dije las cosas de frente, por su nombre, sin revestirlas de cinismo o complascencia pero siempre esperé a que me dijeran lo que yo quería escuchar. Siempre intenté agradarme a mi mismo antes que a los demás y nunca fue mi prioridad satisfacer los gustos de la gente que me criticaba.
Sacrifiqué muchas cosas por otras simples que me hacían feliz como cantar, andar y escuchar. Miré hacia mi pasado cuando tuve que hacerlo y no me arrepentí de todo lo que viví. Estuve ausente en las ocasiones especiales en mi nombre a propia voluntad porque no me gusta la multitud, peor aun el gentío que me adula.
Mi rumbo es incierto y eso es lo que me gusta, aborresco las cosas seguras y pretendo vivir al ´limite, usurpando la vida que muchas veces me sorprende con la felicidad. Encuentro deliciosa la venganza que es mas exquisita si yo no estoy involucrado. Detesto la bondad hipócrita que depende de la conveniencia y valoro con entusiasmo la solidaridad silenciosa que lleva como único el regocijo del alma.
Pueden decirme todas las mentiras del mundo y creeré las que me convengan. Tengo la certeza que hay verdades que deben estar ocultas por el silencio y la indiferencia. Cuando busqué la paz no la encontré, solo vi migajas que me llevaron dando tumbos cuesta abajo, desgarrando mi cuerpo con guerras inconclusas que marcaron la frialdad y el miedo.
Eso no soy yo, soy mucho mas, tengo mucho menos. Lo días seguirán pasando y la vida me seguirá moldeando, me hará llorar como antes lo ha hecho, pateará mis sueños y me restregará en la cara mi limitada existencia, o tal vez, quién sabe, me haga tan feliz como ahora soy.
11/11/11 - 11:11:11