Anécdota 2002
Por el año dos mil dos tenía un amigo, digo tenía porque no lo veo hace muchos años, Jorgito Santos. Un día Jorgito llegó a la universidad con dos entradas para un programa de televisión (R con R) y me dijo si quería ir, no sé si él sabía que por esos años yo idolatraba a la modelo Katy Caballero asi que acepté al instante.
La gente de la Villarreal sabía que ibamos a ir y algunos me alentaban a cometer una locura por Katy Caballero, hicimos un cartelito en una hoja y el Chorri (Juan Carlos Vivas) junto al Colorao (Harold Rodriguez) compusieron un poema para que yo se lo recitara si tuviese oportunidad (algo que veia altamente improbable).
Katy
"Para que tengo la vida si no tengo tu amor"
La dulzura de tu mirada es el latir de mi corazón.
El encanto de tu sonrisa en mi vida es la única razón
Eres la estrella de esa constelación inalcanzable
El amor que siento por ti es incomparable.
Álvaro
Llegó la tarde y fuimos a canal cinco. Jorgito estaba tranquilo porque ya había ido antes, yo estaba algo nervioso porque nunca había estado en un set de televisión. Hicimos la cola y nos ubicaron en las últimas filas porque, a pesar de llegar temprano, solo elegían a las chicas blanquitas para los primeros lugares.
Antes de que empiece el programa una mujer de unos 35 años y 150 kilos elegía a los participantes para los juegos de la tarde. No nos eligieron. Empezó el programa y salieron las modelos, Katy estaba entre ellas, era y es hermosa. Yo no aplaudía ni hacía los estúpidos movimientos que pedía la mujer ballena, solo la miraba, de pies a cabeza como un enfermo.
Casi al final había un juego de entregar prendas por dinero. hice todo lo posible por participar y le di a jorgito mis cosas para poder bajar cuando pidan la prenda. Casi al tercer intento bajé tan rápido que casi me caigo, entregué mi camisa y cogí el billete que Raúl Romero tenía en la mano. Hubo una disputa pues otra persona había cogido una parte del billete que cuando me di cuenta estaba roto.
Me dieron por ganador y me hicieron pasar a un cuarto para que esperara por mi camisa. Mientras esperaba vi otro cuarto que decía "modelos", sin pensarlo entré casi desnudo y la vi. Estaba absorto, parecía un angel, su rostro delgado y perfecto, su mano se acercó a su boca con un marlboro rojo. El humo que exhaló me llegó al rostro y le dije si me podía firmar mi hojita, ella dijo "Ay que lindo" y cuando preguntó para quién, estúpidamente respondí "para mi". Sonrió y me preguntó mi nombre, "Álvaro" Escribió en mi hoja y leyó el poema y otra vez "Ay, que lindo". A su lado estaban Paty Wong y Marina Mora que también rieron. Le dije gracias e hice "mi movimiento", me acerqué para darle un beso en la mejilla y ella, que estaba sentada, también se inclinó un poco. No lo olvidaré.
Finalmente tenía: Una firma, un beso y 30 dólares.
Gracias Jorgito, creo que nunca te agradecí por esa tarde.