¿Qué te parece? Al parecer todo está controlado, aunque aún no puedo diferenciar cuan delgada es la línea que separa la inocencia de la lujuria. Siempre juegas y miras con ojos de presa que acaricia pero que al mismo tiempo ataca de manera fulminante y sin temor te enfrentas al fracaso sabiendo que vas a perder.
Cuando quiero verte te niegas pero seguro que me esperas impaciente, miras tras la cortina si ya me he ido para salir corriendo a buscarme y cuando ya no estoy reniegas, pero al momento sonries pícara y descuidada.
Desprecias mis ofreciemientos pero no aguantas abrazarme, alocada estrujas mis costillas y soltando una lágrima te alejas por donde viniste.
No sé que eres, no me permites escribir, me bloqueas y me quedo mudo, sin palabras, sin ideas ni fuerzas en las manos, no veo las letras del teclado solo te veo a ti. Sabes que haces eso y te ríes en mi cara, disfrutas mi represión y ni siquiera te tengo para recriminarte. No te conosco pero estas en mi como la poesía o la literatura y no estas como la bondad o las buenas intenciones. Disfruto tu prescencia y tu auscencia, juego contigo cuando estas y cuando no. Apúrate pues pensaré que eres el demonio que llevo dentro y no el ángel que me falta.