"Si camino tendrán la oportunidad de determe, mejor corro y salgo sin pedir permiso". Y asi fue como escapó, fugaz e intrépido evadió las angostas escaleras del edificio donde vivía (obligado) con su madre y su padrastro para dar rienda suelta a la romántica idea de encontrar a su padre solo con la idea de que él también lo estaba buscando.
Cuando llegó al primer piso se hechó a correr y no miró atrás. "No volveré si no logro verlo" (a su padre). No logró verlo y por eso su madré aún lo espera, sin cariño y con un palo para darle una golpiza. La ha tenido en vilo toda la noche pues no llegó a dormir y ni siquiera ha llamado para hacer saber que estaba bien.
"Estoy perdido, creo que no es la dirección de mi papá". Era demasiado tarde para arrepentirse y él ya lo estaba, nunca había pasado la noche fuera de casa asi que caminó hasta cansarse, cuando estuvo cansado, se sentó en un parque y durmió. Tuvo la suerte de que no lo molestaran o le robaran. Muy temprano en la mañana y despreocupado continuó con su fuga y fue rumbo a la casa de su empleada pues era una de las pocas personas que lo escuchaba.
La empleada lo recibió y fue su cómplice, le dio comida y conversó con él sobre la travesura. "Ella me comprende, si me pide que vuelva a casa lo haré por consideración hacia ella". Llamó a casa y avisó que estaba bien. Su madré planearía ahora el cruel castigo, pero el solo quería ver a la abuela, aparte de la empleada, solo la abuela lo quería.
Rumbo a casa miraba a todas las personas con un rostro diferente, no con miedo, no con soberbía, los miraba como la gente normal, al fin sabía que era tomar una desición propia y esa sensación le gustaba. Por otro lado se preparaba para el sermón de la madre y tal vez para los golpes del padrastro, "No me harán mas daño pues ahora sabrán que puedo tomar mis propias desiciones"
Cuando entró a casa estaba la empleada que sonrió al verlo, la madré que lo miró con cara de extraño, el padrastro que ni lo miró y la abuela quien corrió a abrazarlo. Lloró pero no pidió perdón, su madre no le dijo nada, nadie le dijo nada, entró a su cuarto y pensó que era tiempo de seguir, la escuela lo esperaba y lo menos que ahora haría es esconder su hazaña pues de ahora en adelante tomaría desiciones propias. "No interesa si me equivoco, pero seré yo quién se equivoque y no otros que se equivoquen por mi"