domingo, 16 de junio de 2013

Feliz día viejo

Gracias padre. Tal vez no haya sido el mejor hijo pero tu siempre fuiste el mejor padre. Gracias por enseñarme a jugar al fútbol, por comprarme los chimpunes que siempre quise y por ir a verme todos los domingos de campeonato, gracias por celebrar conmigo los goles que metí y por comprarme la camiseta de mi equipo favorito. Gracias por haber estado conmigo desde niño, por enseñarme a caminar, por cambiarme los pañales y por haber escuchado mis primeras palabras, sé que te alegraste cuando dije por primera vez papá y que hiciste grandes fiestas por mi cumpleaños, me trajiste un payaso que hasta ahora no olvido y compraste la torta mas deliciosa de mi vida.

Gracias por haberme acompañado mi primer día de escuela, por preocuparte por mis tareas y por haber ido a las reuniones del colegio, nunca te perdiste una actuación y siempre estuviste en las celebraciones importantes, lamento haberte hecho enojar con mis travesuras en el colegio y gracias por compartir conmigo tus travesuras escolares para que yo me sienta mejor, mis calificaciones siempre fueron tu orgullo y los abrazos que me dabas cuando te entregaba mis libretas no los olvidaré jamás.

Nunca me regañaste en vano y tus llamadas de atención siempre fueron sabias, aprendí mucho de ti y de tus consejos, fuiste un ejemplo digno de imitar, el padre ideal. Tal vez de adolescente me alejé un poco de ti y tuvimos conflictos pero siempre me apoyaste y respetaste mis decisiones. Ingresar a la universidad me hizo feliz por ti, sabía que estabas orgulloso de mi y eso me hacia feliz, te agradezco también por los consejos que me diste el día cuando mis dudas me mataban. Gracias por que me hablaste de sexo, un poco tarde pero fue un gesto genial.

Gracias por haber estado en todos los momentos importantes de mi vida, el nacimiento de mi hija, el día de mi boda, en mi graduación de la universidad, en la despedida del viaje de promoción o en cualquier momento que te necesité.

Ahora soy padre y quisiera ser como tu, quisiera tener tu entereza, tu firmeza y tu dedicación, quisiera que mi hija me vea como te veo yo a ti, quisiera que ella vea en mi a su héroe como lo eres tu para mi, trataré siempre de imitarte y seguir siempre tu ejemplo.

Por todo lo que diste y el esfuerzo que hiciste para hacer de mi una buena persona, estaré eternamente agradecido papito, viejo querido, me encantan las conversaciones que ahora tenemos, eres realmente sabio y agradezco a la vida haber sido tu hijo.

Sería hermoso si todas estas palabras fueran ciertas, lástima que nunca haya pasado.