lunes, 17 de junio de 2013

¿Padre yo?

Ser padre de Lucía es lo mas difícil del mundo, nunca me había enfrentado a un reto similar y mientras mas crece se vuelve mas difícil aún. Cuando era bebita la cosa era mas sencilla, jugar con ella, hacerla reír, sacarla en mis brazos, enseñarle una que otra cosa, cambiarle los pañales y la ropa, en fin, cosas que aprendí a hacer y me salían bien.

Sin embargo, hoy, Lucía tiene seis años y pregunta cada cosa, una mas increíble que la otra, lo peor es que me pone en unos aprietos dejándome sin palabras y algo atontado. Es una niña terriblemente inquieta, a veces no puedo controlarla y desearía que fuese mas tranquila. Tiene una inteligencia superior y ha desarrollado su mente mas rápido que yo, pues a su edad, yo era un niño tonto y pensativo, para nada activo, mas bien apático y poco curioso, ella es todo lo contrario, lee increíblemente bien y su razonamiento es deductivo pero si una característica la puede definir es su inmensa curiosidad y su rebeldía frente a las problemas que afronta.

Me encanta, es la mejor  y tal vez la única hija que tenga, sinceramente no quiero mas hijos, pero Lucía se ha empecinado en tener un hermanito, al cual dice que cuidará como si fuese su propio hijo, ja! hasta convenció  a  su mamá y las dos me están presionando tanto que la idea se me hace mas difícil cada día. Creo que no habrá mas remedio y en algún momento cederé ante sus argumentos.

En realidad, no me veo como un padre, ese término me desborda, me aterra saber que de mis decisiones depende la vida de Lucía, no quiero tal responsabilidad y aunque digan que lo estoy haciendo bien y que soy un buen padre, no me considero así, debo ser un antipadre, siempre contradigo las reglas por eso me es tan difícil controlar a Lucía.

Ayer fue día del padre y Lucía y Jessika me hicieron pasar un día genial, regalos, comida, abrazos y besos y a pesar de mis quejas siempre es agradable que te consideren y te digan "te quiero mucho papito".