Siempre estaré ahí para ti, te lo dije cada vez que pude, cuando empezamos en el parque con vista al mar y cuando te fuiste y agitaste tu mano entregándome 3 soles para los últimos cigarrillos de mi vida y yo te miraba por la ventana de mi auto mientras te ibas por última vez. Siempre estaré ahí para ti repetí en mi mente mientras te ibas, a pesar del rencor y la decepción, siempre estaré ahí para ti, me repetí a mi mismo pues no podía ser de otra manera contigo.
Siempre estaré ahí para ti, a pesar que no te escriba porque mis palabras ya no te importan, a pesar de tu notorio rencor que se atraviesa ahora en cada intención de hacer como si nada pasara. Pero repito, en voz alta o a susurros, cantando o con la voz silenciosa de mi mente, siempre estaré ahí para ti.
Sin importar que tus ojos ya no sean míos, que tú sonrisa ya no me pertenezca, que tus manos ya no tomen las mías, o que la emoción ya no te embargue con mis mensajes, sin importar que mi voz ya no te toque y yo ya no pueda escuchar tu risa, sin importar nada, siempre estaré ahí para ti. Sin importar lo mucho que necesites la alegría que te di, o que yo necesite la emoción que tu presencia causaba en mi vida. A pesar de estar en silencio mutuo, siempre estaré ahí para ti.
Siempre estaré ahí para ti, como nuestras canciones que esperan que las escuches para que tomen sentido, como mis palabras que intentan llegar en silencio a tus oídos, como nuestros recuerdos que están en los lugares que juntos visitamos, donde juntos vivimos tantas tonterías, o como los sueños que se quedarán en el limbo del pasado
Aún cuando los recuerdos ya no te importen y nuestros lugares nos extrañen tanto como te extraño yo a ti. Aún cuando ya no cantes ninguna canción a mis oídos, aún cuando ya no pueda disfrutar verte comer pollo a la brasa o beber un sorbo de ron con Coca-Cola, aun cuando ya no tomes mi mano y ni apoyes tu cabeza en mi hombro mientras manejo, aun así princesa, siempre estaré ahí para ti.
Siempre estaré ahí para ti, cuando sonrías, cuando reniegues, cuando llores, cuando rías, cuando estés pensativa, cuando trabajes o recortes, cuando tengas el celular en la mano, cuando duermas y sueñes, cuando estés mirando al vacío, cuando veas a tu sobrino, cuando mires por la ventana, cuando estes en silencio, cuando estés bailando de alegría, cuando salgas o cuando te quedes en casa, cuando no te quede otra cosa más que hacer, que traer un recuerdo a tu mente, aunque no sea conmigo, siempre estaré ahí para ti.
PD: Una vez, en la carretera, en medio del camino a uno de nuestros increíbles viajes, y dentro de las interminables conversaciones , me dijiste llena de risa, que el destino me había puesto en tu camino, yo pensé en ese momento y pienso ahora que fue todo lo contrario, el destino te puso a ti delante mío y yo disfruté cada momento.