Nunca fui un buen estudiante, de regular para abajo. Los cursos que más me gustaron en la secundaria fueron Inglés por que el Teacher no hacia clases y jugábamos a lanzarnos los cuadernos; Cívica por que cuando le preguntábamos al profesor Yallico sobre sexo sabía menos que nosotros.
Es poco probable que mis profesores lean esta carta pero tengo la necesidad de ofrecerle mis disculpas.
Profesora Rubira:
Usted me enseñó religión, siempre rezaba cuando entraba al salón de clases pero nadie le hacía caso. Lamento haberla engañado todos los años presentándole el mismo trabajo. Disculpe por mentirle cuando usted preguntaba: "¿Soto cuánto te puse en el cuaderno?", - "dieciocho profesora". Nunca tuve cuaderno mucho menos alguna revisión. Estoy seguro de que usted es o fue una gran persona. Me hubiera gustado creer en dios tanto como usted, de ser asi, estoy seguro que sería una mejor persona.
Le ofresco disculpas de mis compañeros, que aunque no se enteren de seguro aceptarían gustosos. Calero, Mansilla, Galindo, Lizeti, Balqui, Llamaponca, Paredes, Enciso, Febres, Calderón, etc, etc,etc.
Todos fuimos malos con usted pero sé que nos perdona.
Ah, lo olvidaba! perdón por esconder su zapato que sustrajimos mientras dormía en clase. Disculpe por ofenderla diciéndole que parecía una víbora por su movimiento de lengua, obligatorio para mojar los resecos labios que le dejó la vejez.
Personalmente, la recuerdo con mucho cariño y espero usted no guarde ningún recuerdo mio.
Atte.
Su alumno Alvaro Soto Espinoza.
Mi colegio y mi hogar...
