viernes, 29 de junio de 2012

Despedido.

En la etapa mas feliz de su vida, la noticia le cayó de golpe. Lo sorprendió con la guardia baja, cual luchador en descanzo, disfrutando del sociego y con el alma triunfante. Lo pensó cien veces antes de decírcelo y deseó no haberse enterado de nada para no ser el portador de la tragedia. Pero todo tiene que pasar y lo dijo de la forma menos dolorosa posible, tal y como tíene que darse una mala noticia, claro y sencillo, con el gesto muerto.

La felicidad era total para él. Tenía un trabajo estable y era valorado por sus superiores. Tenía una novia hermosa que demostraba que lo quería a miles. Padres que gozaban de buena salud y hermanos que lo extrañaban cuando no estaba.

De pronto tenía que pararse frente aquel rostro extraño y evitar los pensamientos piadosos, solo dar el mensaje, voltear y seguir con sus ocupaciones. Teniendolo frente él no era facil, saber que la felicidad de una persona depende de unas palabras resulta asqueroso. Entonces lo dijo. Estas despedido. Volteó y fingió seguir con su rutina en el escritorio.

El extraño salió. ¿Cómo ser feliz en este momento? se preguntó. ¿Quién está despedido?