Lector apacible y
bucólico, sobrio e inocente hombre de bien, arroja este libro
saturniano, orgiástico y melancólico.
Si no has
estudiado tu retórica con Satán, el astuto decano, ¡arrójalo!
No comprenderás nada de él, o me creerás histérico.
Pero si, sin
dejarte hechizar, tu pupila sabe sumergirse en los abismos,
léeme, para aprender a amarme; alma curiosa que sufres y
andas en busca de tu paraíso
¡compadéceme! Sino, ¡yo te maldigo!
Por Charles Baudelaire
Genio