Puede que te equivoques al afirmar eso de mi, puede ser que sea casi todo lo contrario y que tu suposición no sea mas que una ilusión que tus ojos hacen sobre mi cuando ven solo lo que quiero mostrar. Eso es amiga, puede que te equivoques, apostaría todo a que estas errada con respecto a mi, mas doblaría mi apuesta sobre lo que yo dije ti. A pesar de que no respondiste, estoy seguro que acerté y que te dio tanto miedo que solo atinaste a callar.
Absurdo, sé tanto de ti y tan poco de mi, francamente no me conozco, no sé lo que soy, solo estoy seguro de lo que no soy, y por eso afirmo que te estas equivocando. Pero no eres tan ingenua, algo de cierto hay en tus palabras, algo de verdad dijiste pero escasamente cerca, lo mas cerca que estuviste fue cuando dijiste: soledad.
Y al parecer es la palabra en común que une nuestras diferentes vidas. Difícilmente nuestros caminos se hubiesen cruzado, el azar, el destino y demás patrañas, no tienen nada que ver, yo olvidé mi llave y tu borrabas la pizarra, volteaste, volteé, sonreíste, sonreí, dijiste hola, hola respondí, gaseosita dije, sí dijiste y aquí estamos, conociendo cosas uno del otro, en plan de amigos, con compromiso tú, disfrutando la vida yo. No me juzgas (todavía) no te juzgo (no hago eso).
No soy el mejor amigo, soy olvidadizo, si no me avisas no recuerdo en que quedamos y si no lo escribo es porque no me importa. Confieso que me sorprendiste con tus gustos musicales, me asombraste por tu apego a los gatos y me inquietaste por tu afición por dormir. No esperaba ninguna de estas 3 cosas.
Al margen de tu opinión sobre mi, no quiero que malinterpretes ni que te incomodes y si lo haces, dime que sabes que me aparto sin ningún problema. Lógicamente no me gustaría eso pero como te dije siempre la sinceridad por delante. Un abrazo y buenas noches, gracias por leer.