miércoles, 17 de octubre de 2018
Desconcierto
No dijiste adiós, no dijiste -ya no más- no dijiste, no volveré. Solo te fuiste por el camino mas difícil, el camino de la verdad, el camino de la felicidad, mientras yo me quedé esperando que regreses a nuestra mentira, esperando que vuelvas, sentado en el parque, fumando un cigarrillo tras otro, viendo como se me pasaba la felicidad frente a mi.
Ni siquiera te despediste la última vez, me miraste con tristeza y diste la espalda a todo, a las sonrisas, a las canciones, a las largas caminatas en busca de la oscuridad, a los espacios desolados donde podíamos besarnos y tomarnos de la mano sin sentir culpa.
Por muchos años espere frente al mar, en el balcón de madera, a lado de los arbolitos y frente a las bancas de granito. De tarde, de noche y de mañana, ahogándome con palabras que tenía que decirte y que me tragué con cada silencio, al compás de las olas, con el ritmo del viento que innumerables veces golpeaba tu cabello.
Tenía tu olor en mi mente, no se iba, a cada recuerdo que enternecía mis palabras, a cada momento que recorría el tiempo, sinceramente fuiste algo mas que importante que definió lo que ahora no soy.
No sé a donde se fue todo lo que tenía por decirte, desapareció en medio de la niebla de una mañana en la que te ví sonriendo con verdadera felicidad sobre los brazos que no eran míos. En ese momento ya no hubo mas secretos, no hubo mas desdicha ni desvelos pensando en el "que hubiera pasado si..." solo fue tu recuerdo transformado en una historia que me gusta contar en desorden.