La sal que sobra en el mar. Un extranjero deambulando en un país extraño, con caminar pausado y despistado. Un perro con el olfato arruinado de tanto andar con la cabeza pegada al piso. Una canción que ya no dice nada a pesar de su profunda lírica, pues ya no es escuchada. Un camino de ida y vuelta sin punto de partida ni llegada. Un abismo que al parecer no tiene fin por lo nigérrimo de su fondo.
Un poema hermoso pero absurdo por lo irreal de sus versos. Una casa con la luz apagada y con un jardín lleno de flores de colores. Un puente tan corto que no valía la pena su construcción pues se podía cruzar de un salto. Un pueblo de hermosos paisajes nocturnos pero en pleno apagón. Un suspiro que te vuela la cabeza pues no es para quien suspira por ti.
Un río con poco torrente que arrastra piedras minúsculas. Una imagen reveladora que espera por salir a la luz para desenmascarar las patrañas. Un sentimiento apagado por el tiempo y la distancia. Un juguete olvidado en el último cajón de los objetos preferidos. Una noche que no alcanza para decir lo que se tiene que decir. Un sueño que parece realidad por lo real de las sensaciones.
Una verdad oculta que se descubre con la mirada mas sencilla. Una mentira que recorre los labios de los dos pero que solo uno sabe lo que el otro oculta. Una pregunta que desnuda el pasado regalando chispasos de alegría.
Un texto que dice todo y nada a la vez, un lector que entiende todo y nada a la vez, una palabra que dice todo y nada a la vez, una nada que es todo y nada a la vez.