miércoles, 10 de octubre de 2018

Reminiscencia

Durante muchos días sintió el flagelo de la culpa, la terrible sensación de haber hecho algo mal, el desesperante sentimiento de perderla, de que lo está olvidando y de que su sonrisa ya no es la misma con él, es más, ni siquiera es para él. Taciturno ha pensado por horas viendo como se disuelve el humo del cigarro y como se va ahí todo lo que por años habían pasado.

Tiene tanto de su vida, su adolescencia, su madurez, su romanticismo, el mas puro, que le hizo escribir poemas en boletos de ómnibus, que le hizo llevar girasoles a escondidas, que hacia querer recogerla cada tarde en un viaje de 3 horas solo para coger su mano y regresar abrazados en un bus frío pero acogedor solo por estar abrazados.

A veces cuando la mira, se da cuenta de todo, de que valió la pena luchar tanto contra su madre, contra el destino, contra sus propias creencias. Todo aquel esfuerzo valió la pena pues su ternura sigue siendo inquebrantable, una ternura que él construyó en ella, una ternura que nunca encontrará en otra persona, pues a pesar de haberse topado con distintas personas, no existe comparación.

A veces cuando la mira se pregunta ¿tanto tiempo ha pasado? y ella sigue esperando, y él sigue esperando y ninguno se atreve a acabar con esa espera pues podrían resultar mas lastimados de lo que salieron años atrás.

Dentro de sí, él sabe que está alejado, que ella se aleja y guarda prudencia, pero su mirada la delata, sus ojos no han cambiado, siguen soñando con el final feliz, sigue pensando que después de tanto sacrificio y tanta lucha diaria, hay algo mas que les espera, lo difícil es distinguir si es juntos o separados.

Él, por momentos, tambaleó, dudó sobre el futuro pues pensó que la vida lo llevaba por otro rumbo, con otra mano cogiendo la suya, con otra sonrisa que lo entretenía, pero en el fondo sabía que aquello no daba para tanto, pues nunca se sintió como centro de nada mientras ella a pesar de estar separados siempre lo pone al centro de todo.

Ella nunca dudo, ella lloró, lagrimas de infinita tristeza, por causa de él, ¡que no hubiera dado por evitar todo el dolor!, por evitar los días de soledad, por evitar los rencores que llevan a tomar decisiones apresuradas y a contentarse con lo fácil. Terrible pero cierto.

Solo queda decirle a todos, a ella principalmente, lo siento, siento haberte perdido, siento no poder recuperar a la niña que conocí pues hoy es una mujer distinta. Lamento no tener la oportunidad de ser quien quieres que sea.