El patriota busca una salida rápida para escapar de aquel lugar lleno de personas indeseables. No recuerda como se metió alli, solo recuerda que caminaba por la acera y le llegó uno de esos volantes que siempre llegan a nuestras manos que decía: Calle Naveda 5310, grandes sorpresas. Cuando terminó de leer el pequeño texto se encontraba frente a la dirección sugerida. Entró y vio un barullo, un círculo humano alborotado por algún acto extraño en el centro. Caminó en esa dirección y el espectáculo era realmente increible, dos mujeres luchaban entre sí, casi estaban desnudas y los hombres reían y no apartaban los ojos de las dos mujeres. Estaban tan exitados por la escena que ni se daban cuenta que les robaban sus billeteras mientras miraban extasiados saciando su lujuria. ¡Y gratis!
El patriota no aguantó mas y saltó como un tigre al centro y levantando las ropas de las mujeres las cubrió gritando: Desgraciados, lujuriosos, malvados, sigan su camino, acaso no tienen madres!!! la gente abucheó al patriota y hasta algunos se atrevieron a escupirlo. El patriota miró a las mujeres que se vistieron y se fueron sin preguntas. Ahora buscaba una salida rápida para escapar de aquel lugar lleno de personas indeseables.
Su madre le había dicho que las mujeres no son objetos y que se les respeta y se les hace respetar aquí y en la china. Y él que se creía un héroe moderno siempre seguía su moral inculcada a base de preceptos religiosos de su madre.