Sería terrible romper los sentimientos de una persona. Acabar con el mundo que ha construido para si, un mundo basado en fantasías estúpidas de cartón. Echarle agua helada a los cálidos sueños de bondad y de bienestar basado en sonrisas hipócritas a todo el que pasa en frente.
Mostrarle el mundo real, el que se esconde trás la mente de las personas, haría una hecatombe en su espíritu. Restregarle en el rostro lo cruel del pasar de los días. Hacerle ver la miseria de los que no tienen algo en la vida. Ver junto a ella la maldad que emana del ser humano para que destruya los cimientos de sus nobles actos. Enfrentarla a la pobreza y a la necesidad para que al menos se indigne y no recurra a un rezo inutil frente a la desgracia, pues eso nada cambia.
Destierra de tu mente eso de que todos cambiaremos el mundo, diluye el catecismo en tu mente y reacciona, tus rezos ni tus oraciones ni siquiera tus bendiciones sirven ante la realidad misma, actúa, deja de leer la biblia y dale de comer al hambriento, a ver si te atreves. Busca al drogadicto y adóptalo, ten el valor de limpiar las heridas de los desgraciados. Deja todo, vende todo lo que tienes y cumple lo que antes leías.
Sería demasiado duro para ti. Lo siento. Si alguna vez trate de reventar tu burbuja con palabras de enojo te ofresco disculpas. Acabo de darme cuenta que es mejor vivir con esperanza, sin resentimiento ni rencor frente a la incoherencia. Pues, alguna vez también fuimos parte de todo aquello que hoy detestamos.