Cuando nadie me ve sale de mi lo que soy. Oscuro y disipado pienso en ti, no con ansias, ni con desesperanza, sino con sosiego, casi absorto. Tejo en tu mente de nuevo, juego a la gallinita ciega, traspaso la barrera del San Miguel.
En el aislamiento disfruto de los recuerdos que guardé a propósito y sin permiso. Componiendo canciones inútiles y tocando instrumentos de cuerda evoco la nostalgia que trae la niebla del otoño que parece invierno.
No hago caso ya, a los mismos aburridos recuerdos de nuestras fantasías, tambaleo frente a lo que sucedió y no se quedó grabado en tu mente, aquello que me hace extrañarme y no extrañarte, recordarme y recordarte, aceptarme y negarte.
No hay testigos, solo tu y yo, miento, mientes, jugamos cuando eramos niños y peleamos al ser adultos. Nadie sabía que nos volveríamos a encontrar y que después de todo me ibas a elegir a mi. Yo no te elegí, me deje elegir y ahora te pienso cuando estoy contigo y busco momentos a solas para pensar en ti y en el sinuoso camino que elegirás.