Todo está frío. A mi derecha, la pared carcomida de este cuarto vacío. En frente, la puerta marrón sin cerradura. Nunca pensé llegar a un lugar como este y a pesar de merecerlo, esta realidad me aterra. Nunca me he sentido tan solo. Al llegar me revisó una enfermera, se fijó en mis ropas, me miró con desprecio y me indicó el camino. No había marcha atrás. Mi hija, la única que tuvo la valentía de recogerme, lloraba cuando ingresé a este lugar. No puedo dormir. Necesito un trago ahora más que nunca, no quiero pastillas ni inyecciones, solo necesito un trago.
Lo único que vi al ingresar fueron grandes jardines y aunque todo estaba oscuro se notaba la antiguedad de este lugar. He perdido todas las oportunidades que se me presentaron, ahora solo me queda esto. Preso voluntariamente para curarme de algo que no quiero curarme. Encerrado en este cuarto pequeño, viejo y solitario, sin mas objetos que una cama y un foco en el techo.
Extraño a mi familia, es una sensación extraña. Nunca los tuve, pero los extraño. Saliendo del cuarto, hay un pasadizo, grande, largo y oscuro, camino por él buscando el baño. Veo cuartos idénticos al que me asiganron. Llegó al final y una gran puerta me cierra el paso. A la derecha, otro gran pasadizo, a la izquierda, un cuarto grande, debe ser el baño y a él me dirijo.
Mi cuarto no tiene ventanas. Si estuviera en mi casa, estaría echado viendo la televisión sobre la cama dura, al lado mi esposa y mis hijos en sus cuartos. Siempre quise decirles que los quiero. No quise llegar hasta aquí, pero ellos también son culpables de esto.
Al regresar del baño vi a una mujer de unos 30 años mirándome con lástima. Sus ojos delataban que sufría lo mismo que yo. Era alcohólica. Su cuarto no tenía puerta, en vez de eso tenía una reja negra con un candado gigante. Vestía una especie de túnica del mismo color de la camisa que yo llevo, celeste. Por qué estará aquí, es decir, puedo deducir que es alcohólica, pero ¿por qué lo es?
Yo tampoco sé por qué soy alcohólico, solo sé que necesito un trago. Ahora que tengo tiempo para pensar, creo que soy alcohólico por que no pude manejar mis problemas, siempre me hice el fuerte frente a mis hijos, aunque por dentro me carcomía la preocupación. Empecé jóven, con los amigos que aparecían cuando tenía plata y se esfumaban cuando no la tenía. Un trago. Creo hoy no podré dormir.