sábado, 23 de abril de 2011

Judas...

¡Digan gloria a dios! ¡Digan gloria a dios! ¡Digan gloria a dios!
Porque el señor es tu salvador, no seas hipócrita, no vivas en la mentira, no engañes a tu corazón. Tal vez sea dificil querido amigo, pero debes hacer lo que el señor te ordena. Haz lo que le dijo al rico: vende todo lo que tienes, repártelo a los pobres y síguelo. Aleluya! seguro que no puedes porque te duele dejar lo que conseguiste, pero lo que conseguirás, si lo haces, es mucho mas grande que cualquier riqueza terrenal. ¡Digan gloria a dios hermanos! Porque la misericordia del señor es grande, él te perdona los pecados que tu no cometiste, imáginate, ¡perdonarte por los pecados que no cometiste! Pero ay de aquel que haga lo que está contra su palabra, mejor será que diga ¡gloria a dios! y siga su prédica. Debes ser como aquél joven que ofreció sus únicos dos peces y cinco panes los cuales Jesús multiplicó y repartió entre todos o como la viuda que ofrendó la única moneda que tenía. Da de lo que tienes y no lo que te sobra. La limosna no es una sobra es un desprendimiento de algo que te falta. Mira los templos, que hermosa arquitectura, el papa sentado en una silla de oro, Jesús, Jesús, baja por favor y limpia tu iglesia como hiciste con el templo de Jerusalén, mientras mis hermanos estan en las calles buscando que comer tus seguidores, más aún tus representantes estan bajo techo, con comida de sobra, con ropas nuevas. Jesús, Jesús ven pronto, mira, mira como faltan tu palabra, tu que dijiste que se amen los unos a los otros y las guerras empiezan en las casas y terminan en medio oriente. Tu dijiste que no juzgaran y todos señalan al que va contra las reglas. ¡Digan gloria a dios hermanos!, ¡gloria a dios! ¡Aleluya!
Señor te pido por todos aquellos seguidores tuyos que son hipócritas, incluido yo, cámbialos señor, has que sean ejemplo de vida, que no sean como tus sacerdotes, que no sean como el cardenal, que no sean como todos aquellos que van a misa y luego continuan con su impiedad. Que sean como Teresa de Calcuta, que sean como Jesús, que sean como Ghandi, como Luther King o como aquel hombre que ayuda sin ser visto y se regocija con la bondad hecha. O como aquella mujer que ama en silencio y no espera nada a cambio. Has que sea señor, como yo no pienso ser. Cambia el mundo dios. Amén...