martes, 20 de diciembre de 2011

La historia de Leví e Isaías

"Solo basta un acto ruín para borrar toda una vida de buenos deseos"

Siempre fue una mala idea seguir su corazonada. Acortar el camino para llegar mas rápido tomando rumbos desconocidos solo con la intuición como guía, ha destrozado por completo las esperanzas de llegar primeros a la cima de la tierra prometida.

A esa corazonada, el jóven Isaías la llamaba "la voz de dios". A esa misma corazonada, su amigo Leví, la llamaba intuición. Isaías iba por la vida convencido de ser un profeta y la gente empezaba a tomarlo en serio. Leví era médico y mejor amigo de Isaías, además contaba con el total respaldo del pueblo.

Leví disfrutaba observar a su amigo mientras este hablaba del futuro. Se imaginaba los escenarios que el profeta describía, escuchaba las súplicas de la gente que Isaías condenaba y por momentos creia tener visiones de todo aquello pero siempre terminaba convencido de que era su imaginación la que divagaba.

El profeta hablaba de bien y del mal, conocía los pecados y sus consecuencias y practicaba la moral en su vida propia. Juzgaba a la mujer pecadora y hablaba de un cordero que sería sacrificado por nosotros. Hizo que mucha gente se arrepintiera y los acercó a dios, o mejor dicho, acercó a dios hacia la gente. Compuso versos hermosos a dios en donde lo mostraba poderoso y pío, estricto y compasivo, sabio y sensible a la desgracia humana.

Una vez el médico escuchaba atento al profeta, sus ojos miraban el cielo y era como si proyectara las palabras de Isaías. Las imágenes eran como fotografías de escenas terribles, llanto, dolor y desaolación en cuadros instantaneos ante los ojos del médico. En uno de esos instantes, una fotografía se detuvo, era Isaías el profeta, colgado por la multitud que lo miraba con odio y se complacian con su muerte, tenía las manos con sangre y un hombre yacía muerto bajo su cuerpo que era tirado por el viento. Leví sacudió la cabeza y todas las imágenes se esfumaron, el profeta se había ido y la gente que lo escuchaba se dispersaba murmurando.

En la noche, Leví le dijo a Isaías lo que había visto y el profeta confirmó su muerte, "así será". Moriré odiado pero mis palabras sobrepasarán ese hecho. El médico se asustó y no volvió a hablar del tema. Isaías descanzó y escribió todo lo que sucedería.

En la tarde del día siguiente, el médico regresaba de curar al hijo del gobernador, todo el pueblo estaba contento, querían al gobernador y a su hijo pero estaban mas orgullosos de tener a Leví en el pueblo. En ese momento, con pasos apurados el profeta se acercó a su amigo y lanzó incontables puñaladas contra él. Una mujer lo vio y llamó a todo el pueblo, enardecidos colgaron a Isaías con las manos ensangrentadas, quien sacrificó a su amigo para hacer cumplir su profecía.

El pueblo aborreció a Isaías y olvidaron todo el mensaje que en vida había dado y lo recordarón como al asesino del hombre mas importante del pueblo. A Leví lo recordaron con gran cariño y fue una costumbre usar su nombre y escoger su profesión.