Vi con gran sopresa la siguiente noticia: "Niño de 11 años se suicida por amor de mujer mayor". Sucedió en Chosica, un imberbe de 11 años se colgó de una reja por que la chica que amaba se iba de viaje a Estados Unidos.
Siempre he pensado que el suicidio es un acto ambiguo, sea por el motivo que sea, hay que tener un fuerte problema psicológico para tomar tal determinación. No defiendo a los que se suicidan pero tampoco los culpo. Prefiero pensar que esas personas estan enfermas.
Ahora, hay un gran dilema cuando los que se suicidan son los niños. Para un niño el mundo es diferente, un menor de 11 años puede haberse desarrollado fisicamente pero el nivel de reflexión mental es aun demasiado voluble. El amor a esa edad es psicodélico, tiene forma fantástica. La falta de madurez confunde los sentimientos que a esa edad mariposean en un limbo abstracto.
Todo lo anterior, más el contexto familiar actual que condena a los padres a abandonar obligatoriamente a sus hijos por el trabajo, hace que los niños no se orienten y no estabilicen sus emociones e impulsos.
Conosco tantos niños de esta edad y con situaciones similares que guardo un miedo que aparece cuando veo este tipo de noticias. Comprendo que la nueva sociedad del internet involucra nuevos peligros para todos, prometo hacer todo lo posible por orientar en lo que me sea posible a la generación de niños que me ha tocado formar.
Es una promesa también para ti, Lucía.
Lucía Soto te amo desde que nací contigo.
